Por Jacky Wong
THE WALL STREET JOURNAL
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HONG KONG--El fabricante chino de teléfonos inteligentes Xiaomi Corp. no será objeto de la Administración Trump de la misma forma en que lo ha sido Huawei Technologies Co., pero tampoco es probable que se beneficie demasiado de los problemas de su rival.
Los resultados del primer trimestre publicados el lunes muestran que la compañía todavía no ha encontrado una forma creíble de ganar suficiente dinero en una industria que seguirá siendo hipercompetitiva.
Se ha informado de que Google está restringiendo algunos servicios en los dispositivos de Huawei para acatar una decisión que tomó la semana pasada el Departamento de Comercio estadounidense y que establece que los proveedores de la compañía china necesitan una licencia especial.
Huawei, el segundo mayor fabricante de móviles inteligentes del mundo, depende del sistema operativo Android, de Google, y los servicios como la tienda de aplicaciones Play Store son fundamentales para los usuarios fuera de China.
Otros fabricantes chinos probablemente no se verán atrapados en el conflicto. Estados Unidos ve a Huawei como una amenaza, ya que es el mayor proveedor de equipos de telecomunicaciones del mundo, lo que le deja en una posición única para acceder a datos sensibles en las redes.
No existe ninguna razón para aplicar una prohibición similar a una compañía como Xiaomi.
Xiaomi, que vende teléfonos con muy poco margen, registró un aumento interanual de sus ingresos del 27%. Sin embargo, la mitad del incremento provino de productos no relacionados con los teléfonos inteligentes, como los televisores o los purificadores de aire. Mientras, más de dos tercios del beneficio operativo de Xiaomi se debe a las ganancias de su cartera de inversiones, que incluye acciones en más de 270 compañías. Sin incluir estas ganancias y otros extraordinarios, como los movimientos de las divisas, el beneficio operativo de Xiaomi en realidad descendió un 18%.
Xiaomi no está en el punto de mira de Washington, pero tiene muchos otros problemas.